
¿Cómo interacting with niños con autismo?
Los niños con autismo presentan una forma única de percibir y experiencing el mundo que a menudo puede despertar preguntas y desconocimiento en aquellos que se acercan a ellos. Saber cómo interacting con ellos de manera adecuada no solo enriquece nuestras relaciones con ellos, sino que también les brinda un entorno más acogedor y comprensivo. A continuación, exploraremos una serie de sugerencias prácticas y consejos para relatingnos de manera positiva con estos niños especiales.
Comprender la Naturaleza del Autismo
Entender las Características Específicas
Antes de interactuar con un niño con autismo, es fundamental tener un conocimiento básico de las características del trastorno. Los niños con autismo suelen tener dificultades en el área social, lo que significa que pueden tener problemas para entender las señales no verbales, como expresiones faciales o gestos corporales. Además, suelen tener patrones de comunicación diferentes, como la ecolalía (repetición de frases) o un uso literal del lenguaje.
También es común que tengan intereses muy específicos y restrictivos, y prefieran rutinas fijas. Por ejemplo, un niño puede estar obsesionado con los trenes y desear jugar solo con trenes diariamente, o puede necesitar seguir una rutina exacta para acostarse por la noche. Comprender estos aspectos nos ayuda a evitar malentendidos y a adaptarnos mejor a su forma de ser.
Evitar Prejuicios y Estereotipos
Es importante dejar atrás cualquier prejuicio o estereotipo sobre los niños con autismo. No todos presentan los mismos síntomas o niveles de funcionalidad. Algunos pueden ser muy hábiles en áreas específicas, como la matemática, la música o el dibujo, mientras que otros pueden tener mayores dificultades en tareas cotidianas. Cada niño es único, y debe ser tratado como tal, sin juzgarlo por las ideas preconcebidas que podamos tener.
Comunicación Efectiva
Hablar con Claro y Simpleza
Cuando se habla con un niño con autismo, es recomendable usar un lenguaje claro, simple y conciso. Evitar frases complicadas, metáforas o expresiones idiomáticas, ya que estos niños suelen entender el lenguaje de manera literal. Por ejemplo, en lugar de decir “está lloviendo a cántaros”, decir “está lloviendo mucho”.
Además, hablar con un tono calmado y amable ayuda a crear un ambiente seguro y relajado. A menudo, estos niños son sensibles a los tonos de voz altos o estridentes, lo que puede desencadenar ansiedad o agresividad.
Apreciar la Comunicación No Verbal
Como los niños con autismo tienen dificultades para entender la comunicación no verbal, es importante ser consientes de nuestras propias expresiones faciales y gestos. Un gesto amistoso, como sonreír o extender la mano, puede ser una buena forma de iniciar una interacción. También debemos prestar atención a las señales no verbales que ellos emitan, ya que a veces son la única forma en que expresan sus emociones o necesidades.
Dar Tiempo para Responder
Los niños con autismo a menudo necesitan más tiempo para procesar la información y formular una respuesta. No es adecuado presionarlos o interrumpirlos. Darles tiempo para pensar y contestar es fundamental para fomentar una comunicación saludable. Si no responden inmediatamente, no significa que no estén escuchando o que no hayan entendido; simplemente necesitan más tiempo.
Interacción y Juego
Aproximarse a su Mundo
Para interactuar de manera efectiva con un niño con autismo, es útil acercarse a su mundo, es decir, participar en las actividades que les gustan. Si un niño está obsesionado con los coches de juguete, sentarse a jugar con él, imitar sus movimientos y expresiones de emoción. Esto no solo les hace sentir cómodos, sino que también les permite aprender a interactuar con otros a través de algo que les gusta.
Jugar de Manera Creativa y Adaptable
El juego es una forma excelente de interactuar con los niños con autismo. Sin embargo, es importante adaptar el juego a sus necesidades y preferencias. Si un niño no le gusta la sensación de ciertos materiales, evitar utilizarlos en el juego. Además, el juego puede ser una oportunidad para enseñarles nuevas habilidades sociales, como el turno, la cooperación y la comunicación.
Por ejemplo, durante un juego de construcciones con bloques, se puede enseñar al niño a pedir ayuda o a compartir los bloques con los demás. Pero siempre con paciencia y sin presionar demasiado.
Crear un Entorno Favorable
Establecer Rutinas y Estructura
Como los niños con autismo prefieren las rutinas, es beneficioso establecer una estructura clara en sus vidas diarias. En un entorno escolar o en casa, tener una rutina fija para despertarse, comer, jugar y dormir les brinda seguridad y predictibilidad. Además, antes de realizar cualquier cambio en la rutina, es buena idea informarles con anticipación, por ejemplo, mostrando un calendario o una secuencia de imágenes que representen los cambios.
Adaptar el Entorno Sensorial
Muchos niños con autismo son hiper o hipersensibles a los estímulos sensoriales. Un entorno con demasiados ruidos fuertes, luces brillantes o olores fuertes puede ser muy estresante para ellos. En un salón de clases, por ejemplo, se pueden reducir los ruidos, utilizar luces suaves y evitar fragancias fuertes. En el hogar, se pueden proporcionar objetos para el estímulo sensorial, como alfombras blandas o juguetes con texturas interesantes, dependiendo de las preferencias del niño.
Educar a los Demás y Promover la Inclusión
Compartir Conocimiento
Es importante compartir lo que se sabe sobre el autismo con familiares, amigos, compañeros de clase y vecinos. A través de la educación, se puede crear un ambiente más comprensivo y acogedor para los niños con autismo. Pueden organizarse charlas, talleres o simplemente conversaciones informales para explicar cómo interactuar adecuadamente con ellos.
Fomentar la Inclusión Social
Promover la inclusión de los niños con autismo en actividades sociales es esencial. Esto no solo beneficia a ellos, sino que también a los demás niños, ya que les enseña la tolerancia y la comprensión. En un grupo de juegos o en una clase, animar a los demás niños a incluir a aquel con autismo, sin ni discriminación.
En resumen, interacting con niños con autismo requiere paciencia, comprensión y adaptabilidad. Al entender su naturaleza, comunicarnos de manera efectiva, jugar y crear un entorno favorable, podemos establecer relaciones positivas y significativas con ellos. Además, al educar a los demás y promover la inclusión, podemos contribuir a un mundo más amigable y comprensivo para todos los niños, incluyendo aquellos con autismo.